viernes, 9 de diciembre de 2011

El olor

Cinco pequeños botones de rosa de colores le adornaban el pelo. En realidad, eran todo el adorno que llevaba, desprovista de ropas o joyas. A cualquiera le hubiese parecido extraño o inmoral que se pasease desnuda. En cualquier lugar hubiese sido mal visto. Pero, para sorpresa de todos, a nadie parecía incomodarle o perturbarle. Probablemente por su belleza incontenible, la mirada de niña, inocente e incorrompible. De hecho parecía una visión divina, un ángel deleitándonos con su hermosura.
A su pasar quedaban todos, hombre y mujeres y de todas las edades, boquiabiertos, pasmados, imposibles de quitarle la vista. A todos se les esbozaba una sonrisita en la cara y la conversación cesaba. Hasta parecía que dejaba un aroma dulce y suave. Producía paz, alegria y tranquilidad.
Cuando Miguel la vio fue distinto, también se quedó mirándola, admirándola. Pero en su corazón no floreció la paz. Lo inundó una sensación que nunca antes había sentido. Se le aceleraron los latidos, le comenzaron a sudar las manos y un escalofrío le recorrió la espalda.
No pudo evitar seguirla a hurtadillas. Caminó largo rato tras de ella, escondiéndose sigilosamente para no ser advertido. Entrada la tarde, se dio el momento. Caminaban por una calle ancha y larga, ha de haber sido una avenida o carretera. No pasaban autos, probablemente por la hora, tampoco había nadie más que ellos dos.
Cauteloso como un felino, se acercó hasta ella y la tomó por la cintura tapandole la boca con la otra mano. Hundió la cara entre el pelo crespo y largo, se quedó allí enterrado un momento sólo oliendola.
Los pensamientos más barbáricos y depravados se le cruzaron por la mente. Pero no le hizo nada, nada de lo que pensaba. La dio vuelta aún tapandole la boca. La miró fijo a los ojos y lentamente la soltó. Apenas tocandola con la punta de los dedos, la rodeaba mirándola acusiosamente, como tratando de guardar cada pequeño detalle en la memoria. Bruscamente volvió a tomarla por la cintura y taparle la boca, y se la llevó así hasta una plaza cercana. En una esquina había un edificio de unos veinte pisos, parecía abandonado. Se la echó al hombro y comenzó a subir presurosamente las esclaeras, de cada tanto en tanto se sentaba a descansar. Los últimos pisos los suió con ella de la mano, pensó que era innecesarió llevarla a la fuerza cuando nunca puso resistencia; pensó también que había sido estúpido taparle la boca, pues tampoco había intentado gritar.
Llegaron hasta la azotea del edificio. A esa hora ya era posible ver la ciudad iluminada entera. Una fantástica vista, maravillosa. Se acordó que cuando era chico su padre siempre lo llevaba a un mirador.
De la mano caminaron hasta la corniza, en el borde se detuvo un momento para volver a mirarla detenidamente. Con suavidad le saco los botones de rosa del pelo y se los guardó en el bolsillo de la camisa. Se paró detrás de ella, hundió una última vez la cara en su pelo mientras la abrazaba tan fuerte que le cortaba la respiración. Dio un pasó atras y le dijo -"Camina". Ella lo miró apenas dando vuelta la cabeza, no le dijo nada pero con la mirada parecía implorarle que cambiara de parecer. Luego de un momento le volvió a repetir -"¡Camina!". Al ver que la muchacha no se movia la empujó. Fueron unos dos segundos de silencio enternecedor hasta que se escuchó el golpe abajo. Cerró los ojos y sacó los botones de rosa de su camisa, apretándolos fuertemente en el puño se los llevo a la cara. Entonces lo comprobó, el olor no venía de ella sino de las flores. Las dejo caer y al irse pisó uno sin darse cuenta.

martes, 6 de diciembre de 2011

sábado, 19 de noviembre de 2011

Ya no

No sé cómo ni cuando pasó, pero pasó.
De repente, una día al despertar ya no sabía dónde estaba, ya no sabía quien era, ya no sabía que quería.
Fue hace tiempo, creo. Pero hace poco que me molesta.
Siempre presente la maldita sensación de no-pertenencia, de vacío. Dicen que el vacío es la emoción del siglo xxi. Yo no sé, pero ahí está. Creo que ya estaba cuando tú estabas, pero de algún modo tú me ayudabas, la amortiguabas.
Ahora que no estás, me cae encima y me aplasta, me quita el aire, me hace doler la cabeza, me revuelve el estomago.
Hay días que me haces tanta falta. Como hoy.
Antes, bien antes, tenía un propósito. Ya no encuentro ninguno. Inútil y sin sentido, cansada, hastiada, aburrida.
No sé cómo ni cuándo pasó, pero me perdí.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Yo

Asustada
de que por las noches se me escape un llamado
de que sea cierto lo que vi por ahí
Ahogada
de preguntas
que ciertamente no quiero saber sus respuestas
por si fuesen a doler más
Sorprendida
de la fuerza descomunal que he tenido
para aguantar todo este tiempo al margen

martes, 25 de octubre de 2011

Suspendida

Seis años que acaban de terminar. Eso es harto tiempo. Y estaba más tranquila cuando no sabía si acabaría o no. Debieron ser sólo cuatro, pero no estaba lista. Aún no lo estoy, sin estar lista los terminé, es que no era como si tuviese muchas opciones.
Ahora despierto todos los días con menos idea que antes de que hacer con mi vida. ¿Y ahora qué? Ese es mi primer pensamiento en la mañana y el último por la noche. Y todos alrededor dándote consejos que no son para tí, son para ellos. Consejos que no me alivian, me agobian.
Ya no tengo excusa en la que esconderme y no estoy dispuesta a hacerme la tonta de mis prresentimientos y meterme como todos dicen en lo que sé hacer. Que en realidad tampoco lo sé, pero todos creen que sí. Y aunque supiese, porque claro que no pasaron en vano los seis años, no quiero, no estoy a gusto.
Necesito brillar, necesito encontrar que hacer que me deje brillar. Hace mucho que no brillo. Espero que sea como andar en bicicleta y no se me haya olvidado como hacerlo... No, sí sé como brillar. Pero ¿en qué momento dejé de hacerlo? ¿Cómo fue que me perdí en el camino?
Ese es mi problema ultimamente, no tengo ni idea dónde estoy parada, ni para dónde voy, ni dónde quiero llegar. Supongo, eso sí, que en algún minuto lo voy a averiguar.
Seis años, un carton y nada, nada de nada.

miércoles, 12 de octubre de 2011

4 años

"4 años son más que suficientes para conocer el amor de verdad" le decía Ignacio a su mamá, mientras ésta lo miraba atónita tratando de comprender de dónde su hijo sacaba esos pensamientos tan de grandes.

martes, 11 de octubre de 2011

Blank Mind

Abrió los ojos. Un dolor eterno le recorría la espalda. Le costaba moverse y el suelo fangoso lo atrapaba. Estaba oscuro, sólo una pequeña luz roja colgando en una esquina del techo alumbraba la gigantesca habitación de interminables paredes negras. No lograba pararse, no sabía dónde estaba, se arrastró hasta una de las paredes. Gateando tanteaba las paredes en busca de una puerta, pero no la encontraba. Estaba frío, tenía la ropa mojada y le faltaba un zapato. Trataba de recordar dónde estaba antes de haber llegado ahí. Se le venían a la cabeza unos recuerdos vagos como en flashes. Recordaba una multitud, luces, ruido. "¿Dónde estaba?" se preguntaba. Achicando los ojos intentaba ver algo en la oscura habitación.
Repentinamente se abrió una puerta en el techo, que dejó entrar de lleno la luz cegándolo. -Cállate- le dijo una mujer joven mientras le tiraba unas bolsas - No vayas a hacer ruido, todavía te buscan, ahí hay ropa y comida - dijo cerrando la puerta.
En silencio buscó las bolsas, sacó una polera que apenas le entraba y unos pantaloncillos. "No hay zapatos" se lamentó. A tientas buscó la segunda bolsa para comer, no había reparado en que tenía bastante hambre.
Arriba escuchaba pasos en todas direcciones. Intentaba recordar pero seguía viendo la multitud, las luces y el ruido. Se sentó bajo la luz, encogido. Tras un largo rato se sintió sueñoso, al recostarse sintió un bulto. Se dio vuelta, era Milagros tendida en el fango.
-¡Milagros!- Le susurraba al oído moviéndola para despertarla. - ¡Milagros!-.
La muchacha no reaccionaba, la zamarreó con fuerza, sólo entonces escuchó un débil quejido.
-¡Milagros! ¿Qué ha pasado? ¿Dónde estamos?- Le preguntó con voz muy suave, siguiendo las instrucciones de la joven que anteriormente le había dicho que estuviese callado.
Se acercó a la boca de Milagros para poder escuchar lo que le decía -No te preocupes, estamos a salvo-.
-¿A salvo? ¿Cómo es eso?
-Te buscan como dementes, te lo advertí antes de entrar a la fiesta, pero estabas como loco.
-No logro recordar nada ¿Tú estás bien? ¿Dónde estamos?
-Llegamos tarde a la fiesta porque quisiste pasar a buscar un poco. En el camino te lo echaste todo. Adentro estaba Victoria, la viste bailar con alguien y te volviste loco.
-¿Victoria?
-Sí, te le abalanzaste y comenzaste a darle golpes, no dejabas de pegarle.
-¡¿A Victoria?! ¡No es posible! ¡Yo jamás le pegaría a Victoria!
-¡No idiota! No a Victoria, al chico que bailaba con ella. Le pegaste hasta dejarlo inconsciente. Llegaron los guardianes así que tuvimos que escondernos. La Malu nos tiró aquí.
-¿Pero dónde estamos Milagros?
Nuevamente se abrió la puerta del techo, Malu gritaba desenfrenadamente.
Cinco guardianes saltaron dentro de la habitación, tomaron a Milagros fuertemente y la sacaron del lugar.
Arriba Malu y Milagros se tapaban los oídos llorando y gritando desesperadas. Pasaron sólo unos segundos cuando los guardianes subieron con el cuerpo muerto de Agustín.

viernes, 30 de septiembre de 2011

El Maldito

No cierra los ojos, la vista fija en los suyos. Ni un pestañeo.
Con apenas la punta de los dedos le toca el pelo, lento y suave.
Se muerde el labio, tan fuerte que le sangra.
Estan cerca, casi tocándose.
La mente en blanco. Tararea muy bajito una canción. Su favorita.
1 segundo, 2, 3... 10. Y se va.

lunes, 26 de septiembre de 2011

quieres?

si pasas por aquí y tienes ganas, búscame, encuéntrame
hagamos una estupidez
soñemos otra vez? un ratito tomados de las manos, con los ojos cerrados
y después lloremos porque no va a volver, porque ya se fue
pero no me importa
nunca me importó llorar, deshacerme en lágrimas
eso sí, ríamonos mucho antes de llorar y después también
y no me quiero arrepentir
por ser idiota y ciega ya no me arrepentí, lo pensé un rato y no encontré que valiera la pena
quiero espiarte y que te des cuenta que te espío
no quiero estar maldita
quieres?? buscarme?? encontrarme??
seamos idiotas juntos un ratito más de nuevo??
y si no quieres, no importa, lo entiendo
pero te exijo cerrar los ojos y pensarme y reírte porque fuimos felices y eso es lo que vale
yo te pienso todos los días un rato y sonrío
aunque no es gran cosa que yo me ría, me sale fácil
todavía, todavía lo siento
















































[para ti: =) ♥]

lunes, 5 de septiembre de 2011

En trecera persona


La Dani no aparecía por ningún lado, la profe también la esperaba, la clase empezaría en unas horas y también tenía que sortear tema para su título. La llamó al celular pero no contestaba, así que decidió enviarle un mensaje. Maldito celular, no la dejaba enviar mensajes si antes borrar algunos, decía que la memoria estaba llena. Así empezó a borrar uno a uno los mensajes guardados. Primero, los enviados. Luego, los del buzón de entrada, eran casi 100 mensajes. Se sorprendió ¿desde cuándo no los borraba? Todos los que eran de amigas los borró sin siquiera leerlos. Entonces, aparecieron sus mensajes. Hace un mes que no había recibido ninguno de él. Y empezó a leerlos, no quería borrar alguno especialmente lindo.
Mientras los leía pensaba que ya había olvidado su ternura. No podía evitar sonreír al leerlos. Y le gustaba sonreír al leerlos. Recordó, una vez más, todas las cosas que le gustaban de él. Recordó por qué estuvo con él durante felices 5 años. Pasaron por su mente su aroma, sus ojos de azúcar, sus labios perfectos. Tardes de ternura y calor. Nubes color rosa, como las de las tardes de inicio de primavera. Fragmentos de risas, manos entrelazadas. Cariño infinito, amor total.
Es cierto, ahora sí lo echaba de menos. Ahora sí se notaba su ausencia. Ultimamente, ha tenido unas ganas locas de volver a llamarlo, de volver a verlo, de saber de él. Pero no lo ha hecho. Sabe que de hacerlo cargaría con la culpa de dañarlo profundamente. Así que se aguanta las ganas con fuerza divina. Además, está segura con la decisión que tomó hace ya un mes. Y está tranquila, siente en el fondo de su corazón que fue lo correcto. Pero eso no evita que todos los días piense en él u n ratito. No evita que lo eche de menos. No evita que lo siga amando. Y se pregunta cuánto tiempo será necesario para volver a buscarlo sin herirlo, sin que sus intenciones se malentiendan, sin confusiones ni recaídas. Porque ella, mientras más lo piensa, más lo quiere en su vida. Quiere ser madrina de sus hijos y que él sea tío de los de ella. Quiere ir a vacacionar con sus familias. Quiere una amistad incondicional, digna de tanto amor que aún le tiene.
Ya le perdonó todo lo que no había podido hacer antes. Incluso que nunca más la haya buscado después de haberle rejurado de guata que era el amor de su vida. Porque ella pensaba que a los amores de la vida no se les deja ir así sin más, sin pelear primero, aunque duela como fuego en la piel y aunque se pierda la pelea.
De los casi 100 mensajes, al menos 90 eran de él. Y después de leerlos todos solo 5 quedaron. La memoria ya había quedado libre, la hora ya había pasado y la clase debía comenzar en minutos. Antes de alcanzar a mandarle el mensaje, la Dani la llama para que se encuentren en la oficina y la acompañe a sortear tema para el título. Y ella con una sonrisa en la cara, como siempre, acompaña a su amiga para aprovechar de echar una miradita a los temas y saber lo que se le aproxima, porque antes del viernes ella también podrá sortear tema.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Dos puntos

Un nudo. Eso no es algo simple. Si está apretado es aún más complejo.
El agua. Moja todo. Invasiva.
En calles sin nombre nadie puede vivir. No podrían llegar a sus direcciones.
No lo reconozco. Pero sigo viendo tu fantasma.
Cuesta cerrar los libros cuando son hermosos. Y si el título está escrito con glitter me cuesta más.
Pero me inyecto bits para apagar.
Un nudo mojado en una calle sin nombre.
Eso. Eso sí sería perfecto.

martes, 9 de agosto de 2011

En resumidas cuentas

Cuatro metros de tela del más impecable blanco. Tres horas de puntadas. Dos minutos de revisión. Uno, el vestido, el más perfecto.
Dos palabras, larga espera. No hay respuesta.
Miradas, susurros, alboroto.
Cuatro metros de tela del más impecable blanco. Tres horas de puntadas. Dos minutos de revisión. Uno, el vestido, el más perfecto. En vano. Para nada.
Todo el año no bastará para olvidar.

jueves, 4 de agosto de 2011

D.

Esto me suena como a una crónica de una muerte anunciada. Se estiró el chicle hasta que se cortó. Ya sin sabor, seco y tieso, desteñido, se cortó. Esta vez, no quiero intentar volver a pegarlo, para que en un timepito más se cortase de nuevo. El duelo, esta vez, sin escándalos. El muerto se vela en silencio y para adentro. No contraté lloronas, no quiero hacer de esto un show de circo. Los recuerdos los repaso incansablemente, otra vez. Pero ahora, ya no me pesa en el alma, nada pesa ahora. Aunque sí. Tu mirada. Tendré pesadillas todo el mes, viendo tu cara, tus ojos, las lágrimas, los deseos rotos, las ilusiones desvaneciéndose.
Es peor. Creo que esta vez es peor. Con calma, en paz. Igual peor. No quiero cargar culpas de un destino truncado.
¿Podemos juntarnos a dejar flores cada año? ¿Inventar algún ritual? ¿Puedo romper mi promesa?
Mañana el sol brillará más claro. Pero es invierno, nunca calienta. Al invierno le quedan bien estas cosas.
Un susurro al oído, una caricia perdida, escalofríos en la espalda. No quiero ver fantasmas.
Me quedo con mi calma y te la envió cerrando los ojos con fuerza, para que después de un tiempo tú también la sientas. Sonrío con felicidad pensando difuntos. Te envió mis sonrisas para que cuiden tus sueños. Te mando mi fe, mi confianza en obra, mis buenos deseos y un beso de desayuno, un paracaídas, un nido, una botella para que le cuentes secretos al mar, fantasías, alas de mariposas, elefantes guardianes y mis manos congeladas.
Me quedo con dos latidos simultáneos, con locura imparable, con tu risa de niño. Me quedo con todo lo que quiero, con lo que amo.
Y dejo ir. Al fin, soy capaz de soltar el puño y liberar.
Porque en el mundo mi amor es infinito y en mi corazón ya se guardó. Para leérselo a mis nietos, para mirarlo y remirarlo cuando lo necesite.
Guardado está, así lo dejo y así lo quiero.

lunes, 25 de julio de 2011

Ventana Rota

Al final de tanto pensar, de tanto hablar sola, de tantas películas mamonas, de tantas series románticas.
Al final de todo, me di cuenta. Eso es. Simplemente, la ventana está rota.
Así de simple.
Se cuela el aire y se cuela todo.
La ventana está rota.

jueves, 7 de julio de 2011

Porque no

Yo lo intento, convencerme, lo siento casi real. Entonces... te recuerdo. Es muy delgado, es muy frágil. Se esfuma. Algunos días es el miedo, otros decepción. Siempre llegas en el peor momento.

domingo, 3 de julio de 2011

Sus palabras

La noche fue larga, bien larga. Fue movida, fue entretenida. La música fuerte me estremece las neuronas y esa electricidad me recorre la esplada, baja y sube por todos lados y sale por cada uno de mis poros. Des pués de un rato, los ojos entrecerrados y el baile incansable.
Ir y venir por el lugar, sentarse a descansar un rato. Gritar, reir, gritatar más, reir más, beber, fumar y volver a reir y gritar. ¿Conversar? No mucho, muy poco. ¿Bailar? Bailar sí.
Y al final de la noche, tomados de las manos, el consejo que nadie me había dado. Qué consejo ese.
Y hasta hoy lo sigo pensando.

miércoles, 29 de junio de 2011

Dos segundos más

En la cabeza ya no caben, ya no. Y los puños apretados, los dientes también, ni la vista puedo levantar, hasta tengo mariposas en la guata. Es por miedo. y el miedo más grande que me da es nunca poder arrancarte de las cosas, de la nieve, del sol y del mar, de los sitios más perfectos para vacacionar Un día ya lo sé y al otro lo olvido, lo confundo. Es por miedo. no me queda claro si al final hay que hablar o partir sin decir nada más Es por miedo a perderlo todo, es por miedo a hacerlo sólo por rencor, porque aunque trato de no sentirlo, no lo logro. Y el perdón se me escapa, no logro alcanzarlo. la confianza se ha perdido, nuestros lazos destruidos Otras bocas llenan mis palabras, mis sentimientos agotados de correr y explicarse. Yo parada, atónita, los miro sin comprenderlos, escapándoseme entre los dedos. Es por miedo. y el miedo más grande que me da es nunca poder arrancarte de las cosas, de la nieve, del sol y del mar, de los sitios más perfectos para vacacionar Es por miedo a arrepentirme. Pero, eso no me agobia tanto como nunca estar segura de lo que quiero, adentro está todo tan revuelto, lo dejaste todo enredado, arrasaste con lo poco y nada que había, te paraste cual Godzila a destruirlo, destruirme con tus manos cortando en pedacitos chiquitos y soplando fuerte. Se volaron varios, se perdieron muchos, yo corriendo tras de ellos llegue a la esquina sin número y cansada, me convenciste. Escupiendo fuego apague los ríos. Me mire al espejo. Ya no caben, en la cabeza, ya no. Es por miedo y no me cuenten, y no me digan, no quiero saber si ahora es más feliz tu vida y las promesas que nos hicimos a mi me apestan pero a ti te dan lo mismo Es por miedo a arrancarme la piel que tú cubriste y verme desnuda y pequeñita. Conocerme de nuevo, por dentro y por fuera. Yo quiero su don, para tocar con su dedo mi corazón y sin plabras decirme al oído lo que no me atrevo a escuchar. Para seguir caminando, ahora sin respuestas esquivas necesito su don, divino conocimiento incustionable. Pero, a mi ese don me es ajeno. Y sigo caminando, con las confusiones a cuestas. Es por miedo. ahora de ellos yo me privo, por miedo a cruzarme contigo y tu bronceado atractivo Por ahora aguardo, impaciente, a que en mi mirada venga el soplo que me lleve volando sin más preocupaciones y ese miedo se deshaga entre las nubes. y soy un barco a la deriva y tengo de miedo de atracar justo en tu isla y las promesas que nos hicimos a mi me apestan pero a ti te dan lo mismo Con los pies enterrados en medio del mar, lavándome el pelo con caracolitos adornado, hasta que él decida llevarme y en sus aguas atraparme. Quizás con otro olor.

jueves, 23 de junio de 2011

Decisión

Con una mano en la empuñadura y la otra rodeándole el cuello, la mirada fija en la gota de sudor que le recorre la espalda como contando las vertebras, los labios apretados y las rodillas temblando disimuladamente. Es una decisión ya tomada, lo sabe, pero, distinto es hacerlo. Mira fijamente la gota de sudor que sigue bajando y se pierde entre los glúteos, tratando de encontrar en ella las agallas para que la decisión ya tomada se vuelva acto. No hay ningún detalle perdido, todos están meticulosamente cuidados. Aprieta un poco más el cuello, sintiendo como se extingue la respiración. Se acerca y escucha con atención el débil silbido que emite al espirar. Cierra los ojos y disfruta el momento. Su corazón acelerado de gozo cada vez más fuerte le parece explotar en el pecho. Aprieta con fuerza el cuchillo y lentamente lo desliza, casi con delicadeza lo hunde en la piel. La sangre brota. Para un segundo, abre los ojos y mira lo que está haciendo. Sonríe y continua. Corta la piel una y otra vez. Es, realmente, placentero. Tiene las manos ensangrentadas, la cara, la ropa, la boca también. Lo disfruta. Mira como los ojos lentamente se pierden, como una lágrima austera pide ayuda, la seca con ternura y con un beso da la puñalada final, en medio del estomago. Encima del cuerpo aguarda a que el corazón eclipse sus latidos. Ya no respira, ya no mira, ya no duele. Deja el cuerpo. Al fin, es feliz.

miércoles, 22 de junio de 2011

sin

casi no despierto para verme a la luz de la madrugada y mirar con los oidos lo que está afuera de mi ventana con la cortina roñosa semia bierta aguardando que el ojo ajeno pase a ver el espectáculo de mi pieza de mi penosa vida pero el ojo ajeno siempre atento y siempre morboso se deleita con lo más mínimo porque lo engrandece y chismorrotea lo escuchas gruñir quejarse gemir opinar sin vergüenza sin tapujos de lo que creia mio indeleblemente mio y no lo era bajando la mirada y casi desnuda me cuestiono hasta los suspiros que alguna ves te llevaste en el bolsillo de atrás del pantalón y hoy se caen por todos lados ensuciando mis pasos que ando arrastrando por las calles sin sentido esperando que el valor me encuentre de frente me sacuda me despierte me tome de la mano me acompañe y tome por mi las decisiones que me ciego a diario con las manos heladas tapandome la boca asfixiando los pensamientos hats que el reloj marca la hora del fin se apaga la luz y de nuevo me duermo en mi

sábado, 18 de junio de 2011

se me calleron las palabras en el olvido
por culpa de esta cosa que se come todo y me deja una lágrima atrapada en las comisuras añejas

miércoles, 15 de junio de 2011

Dije que no

Un millón de veces
con firmeza
con rabia
sin importarme mucho
con seriedad absoluta
con calma y serenidad
con ansias
con cariño
con maldad
sin ganas
con bríos
con engaño
sin querer
lamentándome
riendo
con pena inmensa
sin tanta pena
con energía
con placer
con frío
y también con calor
con nostalgia
con amargura
sin ternura
con miedo
y aún así
no logro convencerme.



domingo, 15 de mayo de 2011

Parece

Irá a llover?
Hay cielo de tormenta y vientos huracanados.


sábado, 16 de abril de 2011

Simplemente, una mañana las mariposas volaron y no regresaron al atardecer.

martes, 22 de marzo de 2011

Un cariño inmenso que se sale del corazón, no cabe en el cuerpo, explota por los ojos, la boca y cada poro.
Un amor que de verdad me parece amor. En las mañanas me ayuda a despertar y por las noches me cuida los sueños. Y por los días me ayuda a hacer los sueños realidad.
Una locura que lo desborda todo, me penetra, supera, ahoga.
Una calma que por primera vez conozco. Tranquilidad infinita que aún no decido si me gusta o no. Paz soplando al oído.
Dejar que el viento decida el rumbo. Crear proyectos para un futuro que nadie sabe. Creer con fe casi fanática. Ojos brillando y sonrisas renovadas, carcajadas eufóricas. Mariposas en la guata, nervios, ansias, miedos, celos.
Felicidad, un día sí, otro día no. Igual que siempre.
Anhelos, añoranzas, echar de menos, extrañar.
Un cariño inmenso que me gusta sentir, que me gusta tener, que me gusta decir.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Desafío + Desafío

Es cierto, mi verano se acabó esta semana. Porque para mí el verano no es sólo una de las estaciones del año. El verano es sinónimo de vacaciones, es sinónimo de dos meses de relajo AB SO LU TO. Y este martes -muy a mi pesar- empecé la práctica, empezaron las calses y mi verano se acabó. Sólo me queda un calor horroroso, que lo único que hace es ponerme mal genio y hacer menos soportable el inicio del año académico.


Se acabaron mis vacaiones, que han sido las peores o como las he bautizado sin mucho cariño "worst holidays ever". Las más fomes en un laaaargo tiempo: sin salidas, sin paseos (sólo uno), sin amigas, sin pololo, sin familion. Fomes, fomes, fomes. Pero, cuando ya estaba resignada a terminarlas en el completo aburrimiento, recordé a LVM -grupo que tenía en el olvido hace un rato, en parte porque mi pc está medio malo- y me propuse dejarme llevar por su desafío: desenfoque. En un principio quise deajrlo de lado, casi tiro la toalla. Es que estaba bien difícil y mi máquina se negaba a complacerme, hasta que lo logré, le encontré la maña a la cosa. Y creo que me resultó bastante bien. He aquí lo que yo consideré lo mejor:












(inspiradas por mi verano con muchiiiiisimo calor y sin piscina)














































(luego me pilló san valentín y me inhundó)








































(ser su dueña mientras le encontraba casa, definitvamente, hizo más feliz mi verano)
















(mi favorita)














(y no podían faltar mis converse, mis favoritas y el único zapato que tengo).




Sin duda, este post resume lo mejor de mi verano.


Ahora tengo que concentrarme en un desafío muy distinto y mucho menos entretenido: mi práctica profesional. Que me pilla muy mal parada, a la que le temo profundamente y con la que siento que pierdo todas mis fuerzas, eso que llevo 4 días recién y ya estoy total y completamente A GO TA DA! No me queda más que aguantar y aguantar y llorar cuando ya casi no pueda seguir aguantando y volver a lo mismo.




LVM, alegraste mi verano y distrajiste mi mente cuando estaba llegando "el final de los días".




Gracias!

lunes, 28 de febrero de 2011

Cuenta regresiva

El sol arriba sigue fuerte, enviándonos todo el calor posible. Acá abajo, achicharrándome estoy yo, entre tiritones y con varios kilos demás por culpa del chocolate en el cajón del escritorio, al que no le permito se acabe, antes que eso ocurra ya hay un reemplazante para tan sublime ocupación: mantener mi ansiedad a raya.
El tiempo se me acabo y en horas me tendré que enfrentar nuevamente a mi demonio personal e intransferible. Y esta vez me da más miedo aún, porque el pequeñito ha estado creciendo, engordando, haciéndose fuerte cada día en este año que tuvo para anidarse con tranquilidad en medio de mi pecho.
Ahora ya se me agotó el tiempo y no hay salida por la que salir corriendo. Por eso intento convencerme de que lo que las lindas prsonas a mi alrededor me dicen para subierme el ánimo es cierto. Cierro los ojos y ruego que me vaya bien, ruego que los nervios no me coman.
Así que 3... 2... 1... ya!

viernes, 4 de febrero de 2011

vuelos



Caminar por las nubes, saltar de estrella en estrella...
No, la verdad no fue así.
Más bien el tiempo lo pasé en el suelo intentando piruetas, con lo brazos, las manos doliendo.
Los vuelos los soñé o fueron de tipo espiritual. Volé, muy lejos, en el alma volé. Y sí, entonces sí alcancé las nubes y probé las estrellas.
Y hoy, que los vuelos acabaron, sólo puedo pedir que vuelvan pronto.




[Gabi - Pancho - Jose y Alvaro]

domingo, 23 de enero de 2011

Vecino

Para llegar hasta la puerta son sólo cinco pasos, de ahí son más o menos treinta minutos caminando. A las siete en punto pasa el autobus escolar con Magdalena adentro sentada junto a la última ventana del lado derecho. Dos horas más tarde son treinta minutos de vuelta y cinco paos atrás. Una taza de café con leche y dos galletitas, apagar la luces y nueve o diez horas de sueño. Martín baja la cabeza para decir sus oraciones en la puerta de al lado. De ahí en adelante fue sólo silencio.

jueves, 20 de enero de 2011

Las nubes son siempre igual de esponjosas, a veces más o menos rosa, pero siempre, siempre, siempre esponjosas, suaves. Y hoy, mis hormiguitas trabajadoras pulen y pulen mis castillos y parecen casi, casi relucientes, el cristal está volvindo a limpiarse y ya se ve un poco del paisaje que lo rodea. Y yo... bueno, yo me paseo tranquila por mis parajes, recordando, llorando, riendo, de todo, haciendo lo de siempre... ah, y por supuesto, disvariando mucho. De vez en cuando abro mis alitas y me echo a volar, nada más placentero que sentir el viento en la cara, despeinando el pelo, sentir el viento entre los dedos; y aporvecho de mirar, lo que de a poco a ido quedando atrás, lo que ha cambiado, lo que sigue ahí, como mis nubes. De vez en cuando encuentro a alguien que me traiga de vuelta. Y con todo esto he podido tomar decisiones, pequeñitas y a la vez gigantescas. Así he decidido que no pensaré más, que haré lo que sienta, que esta vez la guata tomará el mando y no me importa si se equivoca, para eso hay tiempo, infinito tiempo. Ásí que amaré a concho, lloraré hasta secarme, reiré hasta tener calambres y destruiré todo de rabia. Entonces entre el mar de sentimientos, mientras las olas me sacudan, quizás me encuentre otra vez, tal vez por vez primera. Hormiguitas, preparense porque sí voy a estar irritable y no haré nada para remediarlo, tendrán trabajo arduo recosntruyendo mis castillos cada vez que los despedace. Y si no resulta, al menos ahí seguirán las nubes, esponjosas igual que siempre, más o menos rosa pero, esponjosas.

domingo, 16 de enero de 2011

lo siento
lo intento pero no puedo
es mentira
que soy fuerte
no me resulta más
los segundos pesan
seca
me aplasta
la verdad
sin poder aceptarla
y pensar
hace mal
hacer cosas
no sirve
no no estoy
las nubes estan
amargas
grises
sin lluvia
y el sol
lo muestra
mejor
imposible no ver
aunque escondo
y cierro
se sale
...
ya no










tu música está aquí tus ojos en mi pared tus dientes más allá pero yo sigo siendo nadie y tú eres una estrella ¿qué te importa? he estado pensando en ti sin descanso ¿debo amarte todavía? ¿y verte en la cama? pero juego con migo misma

jueves, 13 de enero de 2011

M U E R T A

Un horror, yo sabía que sería así, pero sentirlo es muy distinto. Yo quería volar, es decir, aún quiero. Hoy estuve a punto de llorar de frustración. Insisto, yo sabía, pero es tan distinto en vivo. Y así y todo volveré el martes a seguir sufriendo, lo sé, soy masoquista. Aunque con los músculos molidos y todo tengo que reconocer que me gusta, que el cuerpo doliendo esconde otros dolores, que exigirse hasta casi no poder respirar es liberador. Quizás debí haberme preparado antes, un poco. Quizás de todos modos el primer vuelo sería cualquier cosa menos un vuelo. Pero si tengo que sacar algo en blanco puedo decir que mis metas, que me acabo de poner, son increiblemente realistas y a por ellas voy con todo.
Tu apoyo sería increible, nadie como tú sabía subirme el ánimo y darme fuerzas cuando ya las había perdido por completo. Y no me digas, por favor, que tengo tu apoyo. Sabes perfectamente a que me refiero.
Sí, sin duda hoy estoy más que muerta y ni quiero saber de mañana, presiento y lo sé, no me voy a poder mover. Un horror.
¿Cómo te lo explico para que lo entiendas bien?
Eso me pregunto todos los días.
T E R C O

domingo, 9 de enero de 2011

Sé que yo lo pedí

Sí,
fui yo quien lo quiso así.
Sí,
fui yo quien a duras penas pidió distancia.
Sí,
fui yo.
Pero, hoy
a duras penas
aguanto la lejanía.
Hoy,
a duras penas
aguanto.
¿Será verdad?
¿Será cierto
que esto es lo mejor?
Porque,
la verdad,
duele tanto como antes.

jueves, 6 de enero de 2011

Pieza compartida y vicios heredados

Desde pequeñita aprendí a vivir así, cegándome, evadiéndome. Aprendí a llorar despacito, sin sobresaltos y de preferencia en la noche, cuando la oscuridad oculta las lágrimas, los ojos y la nariz roja. Ella también hace lo mismo, me mira pero no me ve. No es bueno aprender a crecer así, haciéndote la idiota de lo que pasa una cama más abajo o más arriba. No es bueno guradarse todo adentro, va moliendo las entrañas lentamente. Para afuera una sonrisita sosa o simplemente nada. Por eso gasto tanto tiempo pegada en la ventana, mirando el movimiento de las hojas con el viento, porque ellas me llevan al infinito y me escuchan y aguantan las penas. Al menos antes podía dormir y descansar, ya no. Yo que era una experta apagando el cerebro ya no lo logro hacer más. Me acuesto pensando y pensando, repasando las historias una y otra vez, me despierto pensando y pensando, repasando las historias una y otra vez y así continúo el resto del día. A esta altura ya estoy agotada, ya perdí el comienzo y el final, ya mezclé recuerdos, pero la añoranza sigue a mi lado indeleble. Siento el corazón arrugado en medio del pecho, resecándose cada día un poquito más. Para afuera una sonrisita sosa o simplemente nada.

miércoles, 5 de enero de 2011

Mermeladitas

Podría ser que en el mundo estuviese pasando cualquier cosa. Podría ser incluso que lo peor esuviese pasando por tu vida. Y así era por esos días, y no es que algo tan grave pasara, sólo se sentía sola y confundida. Bueno, es que es dificil aceptar que una relación hermosa acabara así de pronto, porque para ella fue sin aviso previo.
Pero ese día la casa olía distinta, olía con ese aroma de cada verano en época de cosecha de damascos. Abrió la puerta y el aroma la atrapó y la condujo directo a la cocina, ahí estaba doña María, la abuela, llenando los frasquitos con mermelada recién sacada de la olla. Y como si no bastara con eso, en el horno se terminaba de cocinar un queque.
Era extraño, pero sólo eso bastaba para que el ánimo cambiara y todo quedase atrás, olvidado al menos por unos minutos.
Porque diganme ¿puede haber algo más reparador que un trozo de queque con mermelada de damascos recién hechos ambos? Y no olviden ese sabor a comida casera.
Para ella eso era suficiente, más que suficiente. Eso era aroma a hogar.




(Abuelos: Abelardo y María Inés)
Lejos los mejores del mundo

Lo que gano

Quizás, sólo quizás, tengas un poquito de razón y no es tan en vano la cosa, porque después de hoy, al igual que luego de las veces anteriores, sí me he quedado con algo:
- Risas por montón
- Dejar de extrañar (un poco)
- Algunos besos locos y deliciosos
- Miradas que dicen más que las palabras
- Esperanzas e ilusiones tontas (independiente de lo que preseinta que pasará)
- Lagrimas y más lágrimas
- Tristeza, alegría, nostalgia y de todo un poco mezclado
- Y aún más de la misma espera por una respuesta que nunca llega

En resumen: lo que gano es un corazón igual de roto que antes.

domingo, 2 de enero de 2011



"... Miguel, si es dolor de amor aguante fuerte, porque duele como fuego en la carne pero, pasa."