-Te quiero mía- le dijo apretándola por los hombros mientras se perdía en sus ojos. Ella lo miró con una mueca de sonrisita maldadosa, se echó para atrás y mirando el suelo, arreglándose el pelo le respondió -¿Tuya? ¿Y como vendría siendo eso? ¿Así como una mascota?
Él la volvió a tomar, ahora por la cintura -Quiero estar seguro, sólo eso-.
-Ya me conoces- le dijo mirándolo fijamente a los ojos. Le acaricio suavemente el pelo enredando sus dedos entre los rulos, apoyo la cabeza en su hombro y con un beso en el oído le murmuró -te quiero, pero no puedo ser tuya, no soy ni mía y no quiero serlo.
Él la besó, larga y dulcemente. Ambos sabían que en un día o dos la conversación se repetiría.
jueves, 25 de octubre de 2012
miércoles, 17 de octubre de 2012
Suavecito
Estridente, pero suave a la vez, lo llenó todo y con su toque cálido se le metió en el corazón. Como una espinita, una que no duele.
martes, 9 de octubre de 2012
It's just a matter of timing
It's just a matter of timing, it's just a matter of timing, it's just a matter of timing.
But i keep saying to myself that someday, my life will just happen the time it's supposed to happen.
Someday it would be my right time.
But i keep saying to myself that someday, my life will just happen the time it's supposed to happen.
Someday it would be my right time.
jueves, 4 de octubre de 2012
Yo tampoco
Gabriela ese día llegó a su casa como a las 10, igual que todos los días.
Pero esa noche ella no quería dormir sola, quería perderse en su sonrisa, viajar en su calor.
Quería que un arrullo le cerrara los ojos, que le vigilaran el sueño y que le llevaran el desayuno a la cama a la mañana siguiente.
Quería ir de a dos a la ducha y un beso de despedida antes de irse al trabajo.
Pero no, esa noche la cama ancha y vacía la esperaba sólo a ella. Y a la mañana siguiente tendría que irse a trabajar, igual que todos los otros días, con una ducha apurada y sin tomar desayuno.
Pero esa noche ella no quería dormir sola, quería perderse en su sonrisa, viajar en su calor.
Quería que un arrullo le cerrara los ojos, que le vigilaran el sueño y que le llevaran el desayuno a la cama a la mañana siguiente.
Quería ir de a dos a la ducha y un beso de despedida antes de irse al trabajo.
Pero no, esa noche la cama ancha y vacía la esperaba sólo a ella. Y a la mañana siguiente tendría que irse a trabajar, igual que todos los otros días, con una ducha apurada y sin tomar desayuno.
miércoles, 3 de octubre de 2012
Quiero, no
Que complicado es todo a veces. Cuando la cabeza no entiende que pasa más abajo ni más arriba.
Y peor cuando la cabeza es terca y no quiere aceptar.
Pero hoy no quiero. Hoy no quiero. No quiero.
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