sábado, 20 de agosto de 2016

Los míos

Cuando veo las personas de las que me he rodeado sé que he tomado las decisiones correctas. Sonrisas amplias, ojos transparentes, corazones generosos, mentes críticas. Ninguno está contento, ninguno está tranquilo, están hambrientos. Ninguno está sentado esperando, tienen las manos construyendo, las almas danzando. No se ahuyentan con besos ni con carcajadas, es más corren a repartirlos. No tienen miedo a equivocarse, tampoco a amar. Se arriesgan, unos más otros menos, pero lo hacen. No son educados ni políticamente correctos, aunque a veces tienen que aparentar y lo hacen bastante bien, pero si los conoces sabes que es sólo parte del sobrevivir. Son de esos que aúllan en luna llena, que corren en la oscuridad, que saltan sin motivos (y con motivos también), que nadan al revés, que respiran pausado y firme, que sueñan sin esperar a estar dormidos, que hacen y no sólo miran. Son cambiantes porque así lo es la vida misma. Son ligeros, tienen alas. Son bellos, tanto que las normas y estándares establecidos quedan chicos. Son locura, son pasión. Son tanto más que las palabras se me hacen pocas.
Cuando veo las personas de las que me he rodeado inflo el pecho y alardeo, porque lo valen, porque los admiro por su garra y por sus mentes.

Sólo quería decirles que con más o menos amistad de por medio, son las mansas personas. Y me siento orgullosa de tenerlos de una u otra forma en mi vida. Me siento afortunada de poder aprender de y con ustedes. He tomado las decisiones correctas y los volvería a elegir cuantas veces sea necesario porque lo valen.

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