viernes, 25 de agosto de 2017

Los días que no contamos


La belleza a veces no se ve tan bella.
Como  ese día que nada me resultó como quise.
O el día que amanecí sensible sin razón particular.
Como el montón de días que la falta de plata me
amargó la existencia.
A veces la sonrisa cuesta que salga.
Cuando me negaron la visa y ya no tuve trabajo.
El día que me desperté echando de menos a mi vieja.
O todas las tardes que me han hecho falta nuestras oncecitas de viejas culias.
Pero a Instagram y a Facebook no le decimos esas cosas.
Y la foto sonriendo no es de mentira.
Pero a veces todo duele y todo incomoda.
Es mucho calor, la comida es picante, la ducha y la cama.
Algunos días me quedo pegada en el cielo.
Miro al sol hasta que ya no veo y cae una lágrima que arde.
El montón de días que no fui a ningún lado.
Me enterré en la cama, el sillón o lo que fuera y vi películas sin parar.
Lo que fuese para apagar el cerebro un rato.
Los días que s
ólo tomé desayuno.
Los que s
ólo almorcé.
Los que s
ólo cené.
A veces grito en silencio y mando todo a la mierda.
Cuando perdí las fotos.
Cuando pagu
é de más el taxi y se hizo el weon.
El viaje es hermoso, pero algunos días no se le nota.
Cuando mi amigo se enojó y dejó de hablarme.
Cuando necesit
é un abrazo y no hubo.
Esos días que se callan hasta que importan menos.
Hasta que no duelen tanto.
Hasta que son menos incómodos.
Hasta que se olvidan sin olvidarse.

viernes, 4 de agosto de 2017

Micropensamiento

Un día, cuando chica,
miré las estrellas.
Una me guiño un ojo.
Me reconocí allá arriba,
lejos, brillando.
Desde entonces que no bajo.

jueves, 2 de marzo de 2017

Pa variar






















Entre el ir y venir de mis constantes olvidos, de mi eterno perderme, encontrarme y perderme otra vez, en el oleaje de esto que llamo vida, en el susurro de los vientos de tormentas emocionales que se hacen gigantes para desaparecer en la nada. Entre el ajetreo del día a día y la confusión del no saber nada. Comencé a desaparecer, a difuminarme, evaporarme, esfumarme.

Con la cabeza recién explotada, cual colgajo acarreándola a donde sea que los pies me lleven, a donde sea que mis alas me vuelen.

Volar… aún recuerdo la sensación del viento acariciando la cara, colándose entre el pelo, haciéndome feliz. Lo recuerdo al igual que tus caricias, que la locura de nuestros abrazos, que el calor de tus besos de buenos días, que esa bella regocijante alegría de nuestras oncecitas. Lo recuerdo como a mi risa estruendosa perdida en tus palabras sin sentido.


Este lugar es extraño, no me veo en los espejos. Me hace pensar que la extraña soy yo. Y después de tanto tiempo me vuelvo a sentir profundamente inadaptada, fuera de tiempo y lugar. No creo que eso de la adaptación se me vaya a dar alguna vez. Mientras me pierdo por enésima vez, más me reconozco en ese lugar. Lugar extraño, a veces hasta hostil, pero mío, tan mío que me llena de dudas.


Y es un poco terrible no tener un dios a quien culpar cuando todo esta patas arriba. Te quedas con esa responsabilidad de afrontar tus decisiones y sus consecuencias, tu solita. Hacerme cargo es lo que no quiero, crecer sin desarmarme, sin abandonarme. Pero la verdad es que me abandono fácil. Me tomo demasiado en serio lo de dejarme llevar. Así terminan las decisiones tomándome y no al revés.

De todo este año, este es sin duda el momento de mayor perdición. Dicen que hay que tocar fondo para resurgir. Yo solo me pregunto cuántos metros más bajo tierra debo sumergirme antes de renacer.









Y a mi alrededor la bella contingencia de amor me hace preguntas que no se responder. El universo se encarga de hacerme ver que incluso perdida no estoy tan lejos, porque el amor que me rodea es a veces impresionante, ese amor encontrado en todos lados, ese amor que nace espontaneo y que sinceramente no pide nada a cambio, sino que agradece.

Y como la buena optimista empedernida que soy, ese pequeño sentimiento me mantiene a flote y me hace agradecer cada segundo, incluso cuando nada sale como quiero, porque a la distancia tengo apoyo y contención, y en la inmediatez tengo abrazos dispuestos a salvarme.

Quizás no sepa mucho, quizás no hago mucho… no sé, quizás mañana si sepa.








En algún lugar debo estar. Solo espero llegar pronto ahí, hace meses vengo cargando este abrazo para mí que ya va siendo hora de entregar.


Y al universo siempre yesthankyoumoreplease.