viernes, 16 de marzo de 2018

In Oportuna

Como fuera de tiempo
creo a veces
siento
Corriendo
delante detrás
corriendo
jadeando
Desde el principio
inesperada
creada en destrucción
Desfasada
No hay tiempo
incorrecto
no sé
creo a veces
siento
Muy tarde
demasiado temprano
sin tiempo
Sin sincronización
Descolocada
Sin lugar
tampoco
Corriendo
¿Arrancando?
Lléndome antes
Llegando después
Como fuera de tiempo
creo a veces
siento
corriendo


viernes, 9 de marzo de 2018

Con ellas aprendí

Yo no aparecí libre y loca en este mundo. Yo me hice loca y libre admirando a las mujerazas de mi vida. No creo en las coincidencias, no creo que sea suerte contar con estas mujeres. Es consecuencia, es decisiones. Soy afortunada, soy privilegiada. Soy el resultado de nosotras.

De mi abuela aprendí a callar, que fuerte suena cuando en la lucha está el ser escuchadas. Pero con ella entendí que no es necesario andar gritando al viento tu opinión, que es indispensable tener opinión pero que es inteligente entender cuando y como se entrega.
De mi madre aprendí a amar. Con todo el corazón, en libertad, que si no no es amor. Que amor y apego no son lo mismo y que el amor no nace del miedo y por eso no hay que tenerle miedo al amor.
De mis tías aprendí a volar. Nació en mi corazón el viaje al verlas recorrer donde quisieran echar vistazos. Nació las ansias de recolectar paisajes y memorias.
De la Tere aprendí que soltera no es lo mismo que sola y que hay que disfrutarse a una misma. Aprendí que la maternidad no es una obligación ni te hace ni más ni menos completa.
De la Maca y la Vale aprendí la belleza de la rigurosidad. Aprendí que ser organizado no tiene nada que ver con ser fome.
De la Isa aprendí a verme y quererme, yo pensaba que iba a una clase de lira y termine aprendiendo a amarme.
De la Inés aprendí la dulzura y lo esencial de decirle a los que queremos que los queremos.
De la Lore aprendí el ñeque y que el amor por un proyecto lo saca adelante.
De la Leia aprendí a quererme los pelos, que por superficial que suena es tanto más profundo.
De la Karem aprendí a hacer familia no por lazos de sangre. Aprendí que el punk no está muerto y que la lucha tiene miles de formas.
De la Thais y la Vale aprendí que cuando el corazón dicta, todo fluye.
De la Vale aprendí a nutrir mi locura con más locura y que compartir detalles inverosímiles no es tan inverosímil.
De la Adriana aprendí que el tiempo pasa, el sistema no mejora pero el ímpetu de cambiarlo todo sigue en pie y la rabia es energía creadora.
De la Rakhi aprendí que no hay éxito personal si con él no se nutre a la manada.
De la Manjula aprendí a abrir el corazón a un desconocido así porque sí nomás.
De la Fran aprendí a sentirme sexy solo conmigo y para mí.
Con mi Babi aprendí a ser amiga y cómplice, que no es lo mismo que encontrarle siempre la razón.
Con la Alma y la Natu aprendí a abrazar, así tan chiquito y simple y tan transformador.
De la Kat aprendí a ser, así sin más.
De la Astari aprendí la belleza de lo sutil.
De la Bhavani aprendí que hay que estudiar, matar la ignorancia.

Me da orgullo las mujeres de las que me rodeo, me da orgullo poder llamarlas amigas. Libres, luchonas, rebeldes, revolucionarias, inteligentes, apasionadas, extraordinarias, críticas. Amo a mi manada. Somos mujeres, somos transmutación.