viernes, 9 de diciembre de 2011
El olor
A su pasar quedaban todos, hombre y mujeres y de todas las edades, boquiabiertos, pasmados, imposibles de quitarle la vista. A todos se les esbozaba una sonrisita en la cara y la conversación cesaba. Hasta parecía que dejaba un aroma dulce y suave. Producía paz, alegria y tranquilidad.
Cuando Miguel la vio fue distinto, también se quedó mirándola, admirándola. Pero en su corazón no floreció la paz. Lo inundó una sensación que nunca antes había sentido. Se le aceleraron los latidos, le comenzaron a sudar las manos y un escalofrío le recorrió la espalda.
No pudo evitar seguirla a hurtadillas. Caminó largo rato tras de ella, escondiéndose sigilosamente para no ser advertido. Entrada la tarde, se dio el momento. Caminaban por una calle ancha y larga, ha de haber sido una avenida o carretera. No pasaban autos, probablemente por la hora, tampoco había nadie más que ellos dos.
Cauteloso como un felino, se acercó hasta ella y la tomó por la cintura tapandole la boca con la otra mano. Hundió la cara entre el pelo crespo y largo, se quedó allí enterrado un momento sólo oliendola.
Los pensamientos más barbáricos y depravados se le cruzaron por la mente. Pero no le hizo nada, nada de lo que pensaba. La dio vuelta aún tapandole la boca. La miró fijo a los ojos y lentamente la soltó. Apenas tocandola con la punta de los dedos, la rodeaba mirándola acusiosamente, como tratando de guardar cada pequeño detalle en la memoria. Bruscamente volvió a tomarla por la cintura y taparle la boca, y se la llevó así hasta una plaza cercana. En una esquina había un edificio de unos veinte pisos, parecía abandonado. Se la echó al hombro y comenzó a subir presurosamente las esclaeras, de cada tanto en tanto se sentaba a descansar. Los últimos pisos los suió con ella de la mano, pensó que era innecesarió llevarla a la fuerza cuando nunca puso resistencia; pensó también que había sido estúpido taparle la boca, pues tampoco había intentado gritar.
Llegaron hasta la azotea del edificio. A esa hora ya era posible ver la ciudad iluminada entera. Una fantástica vista, maravillosa. Se acordó que cuando era chico su padre siempre lo llevaba a un mirador.
De la mano caminaron hasta la corniza, en el borde se detuvo un momento para volver a mirarla detenidamente. Con suavidad le saco los botones de rosa del pelo y se los guardó en el bolsillo de la camisa. Se paró detrás de ella, hundió una última vez la cara en su pelo mientras la abrazaba tan fuerte que le cortaba la respiración. Dio un pasó atras y le dijo -"Camina". Ella lo miró apenas dando vuelta la cabeza, no le dijo nada pero con la mirada parecía implorarle que cambiara de parecer. Luego de un momento le volvió a repetir -"¡Camina!". Al ver que la muchacha no se movia la empujó. Fueron unos dos segundos de silencio enternecedor hasta que se escuchó el golpe abajo. Cerró los ojos y sacó los botones de rosa de su camisa, apretándolos fuertemente en el puño se los llevo a la cara. Entonces lo comprobó, el olor no venía de ella sino de las flores. Las dejo caer y al irse pisó uno sin darse cuenta.
martes, 6 de diciembre de 2011
sábado, 19 de noviembre de 2011
Ya no
De repente, una día al despertar ya no sabía dónde estaba, ya no sabía quien era, ya no sabía que quería.
Fue hace tiempo, creo. Pero hace poco que me molesta.
Siempre presente la maldita sensación de no-pertenencia, de vacío. Dicen que el vacío es la emoción del siglo xxi. Yo no sé, pero ahí está. Creo que ya estaba cuando tú estabas, pero de algún modo tú me ayudabas, la amortiguabas.
Ahora que no estás, me cae encima y me aplasta, me quita el aire, me hace doler la cabeza, me revuelve el estomago.
Hay días que me haces tanta falta. Como hoy.
Antes, bien antes, tenía un propósito. Ya no encuentro ninguno. Inútil y sin sentido, cansada, hastiada, aburrida.
No sé cómo ni cuándo pasó, pero me perdí.
domingo, 13 de noviembre de 2011
Yo
de que por las noches se me escape un llamado
de que sea cierto lo que vi por ahí
Ahogada
de preguntas
que ciertamente no quiero saber sus respuestas
por si fuesen a doler más
Sorprendida
de la fuerza descomunal que he tenido
para aguantar todo este tiempo al margen
martes, 25 de octubre de 2011
Suspendida
Ahora despierto todos los días con menos idea que antes de que hacer con mi vida. ¿Y ahora qué? Ese es mi primer pensamiento en la mañana y el último por la noche. Y todos alrededor dándote consejos que no son para tí, son para ellos. Consejos que no me alivian, me agobian.
Ya no tengo excusa en la que esconderme y no estoy dispuesta a hacerme la tonta de mis prresentimientos y meterme como todos dicen en lo que sé hacer. Que en realidad tampoco lo sé, pero todos creen que sí. Y aunque supiese, porque claro que no pasaron en vano los seis años, no quiero, no estoy a gusto.
Necesito brillar, necesito encontrar que hacer que me deje brillar. Hace mucho que no brillo. Espero que sea como andar en bicicleta y no se me haya olvidado como hacerlo... No, sí sé como brillar. Pero ¿en qué momento dejé de hacerlo? ¿Cómo fue que me perdí en el camino?
Ese es mi problema ultimamente, no tengo ni idea dónde estoy parada, ni para dónde voy, ni dónde quiero llegar. Supongo, eso sí, que en algún minuto lo voy a averiguar.
Seis años, un carton y nada, nada de nada.
miércoles, 12 de octubre de 2011
4 años
martes, 11 de octubre de 2011
Blank Mind
Abrió los ojos. Un dolor eterno le recorría la espalda. Le costaba moverse y el suelo fangoso lo atrapaba. Estaba oscuro, sólo una pequeña luz roja colgando en una esquina del techo alumbraba la gigantesca habitación de interminables paredes negras. No lograba pararse, no sabía dónde estaba, se arrastró hasta una de las paredes. Gateando tanteaba las paredes en busca de una puerta, pero no la encontraba. Estaba frío, tenía la ropa mojada y le faltaba un zapato. Trataba de recordar dónde estaba antes de haber llegado ahí. Se le venían a la cabeza unos recuerdos vagos como en flashes. Recordaba una multitud, luces, ruido. "¿Dónde estaba?" se preguntaba. Achicando los ojos intentaba ver algo en la oscura habitación.
Repentinamente se abrió una puerta en el techo, que dejó entrar de lleno la luz cegándolo. -Cállate- le dijo una mujer joven mientras le tiraba unas bolsas - No vayas a hacer ruido, todavía te buscan, ahí hay ropa y comida - dijo cerrando la puerta.
En silencio buscó las bolsas, sacó una polera que apenas le entraba y unos pantaloncillos. "No hay zapatos" se lamentó. A tientas buscó la segunda bolsa para comer, no había reparado en que tenía bastante hambre.
Arriba escuchaba pasos en todas direcciones. Intentaba recordar pero seguía viendo la multitud, las luces y el ruido. Se sentó bajo la luz, encogido. Tras un largo rato se sintió sueñoso, al recostarse sintió un bulto. Se dio vuelta, era Milagros tendida en el fango.
-¡Milagros!- Le susurraba al oído moviéndola para despertarla. - ¡Milagros!-.
La muchacha no reaccionaba, la zamarreó con fuerza, sólo entonces escuchó un débil quejido.
-¡Milagros! ¿Qué ha pasado? ¿Dónde estamos?- Le preguntó con voz muy suave, siguiendo las instrucciones de la joven que anteriormente le había dicho que estuviese callado.
Se acercó a la boca de Milagros para poder escuchar lo que le decía -No te preocupes, estamos a salvo-.
-¿A salvo? ¿Cómo es eso?
-Te buscan como dementes, te lo advertí antes de entrar a la fiesta, pero estabas como loco.
-No logro recordar nada ¿Tú estás bien? ¿Dónde estamos?
-Llegamos tarde a la fiesta porque quisiste pasar a buscar un poco. En el camino te lo echaste todo. Adentro estaba Victoria, la viste bailar con alguien y te volviste loco.
-¿Victoria?
-Sí, te le abalanzaste y comenzaste a darle golpes, no dejabas de pegarle.
-¡¿A Victoria?! ¡No es posible! ¡Yo jamás le pegaría a Victoria!
-¡No idiota! No a Victoria, al chico que bailaba con ella. Le pegaste hasta dejarlo inconsciente. Llegaron los guardianes así que tuvimos que escondernos. La Malu nos tiró aquí.
-¿Pero dónde estamos Milagros?
Nuevamente se abrió la puerta del techo, Malu gritaba desenfrenadamente.
Cinco guardianes saltaron dentro de la habitación, tomaron a Milagros fuertemente y la sacaron del lugar.
Arriba Malu y Milagros se tapaban los oídos llorando y gritando desesperadas. Pasaron sólo unos segundos cuando los guardianes subieron con el cuerpo muerto de Agustín.
viernes, 30 de septiembre de 2011
El Maldito
Con apenas la punta de los dedos le toca el pelo, lento y suave.
Se muerde el labio, tan fuerte que le sangra.
Estan cerca, casi tocándose.
La mente en blanco. Tararea muy bajito una canción. Su favorita.
1 segundo, 2, 3... 10. Y se va.
lunes, 26 de septiembre de 2011
quieres?
hagamos una estupidez
soñemos otra vez? un ratito tomados de las manos, con los ojos cerrados
y después lloremos porque no va a volver, porque ya se fue
pero no me importa
nunca me importó llorar, deshacerme en lágrimas
eso sí, ríamonos mucho antes de llorar y después también
y no me quiero arrepentir
por ser idiota y ciega ya no me arrepentí, lo pensé un rato y no encontré que valiera la pena
quiero espiarte y que te des cuenta que te espío
no quiero estar maldita
quieres?? buscarme?? encontrarme??
seamos idiotas juntos un ratito más de nuevo??
y si no quieres, no importa, lo entiendo
pero te exijo cerrar los ojos y pensarme y reírte porque fuimos felices y eso es lo que vale
yo te pienso todos los días un rato y sonrío
aunque no es gran cosa que yo me ría, me sale fácil
todavía, todavía lo siento

[para ti: =) ♥]
lunes, 5 de septiembre de 2011
En trecera persona
jueves, 1 de septiembre de 2011
Dos puntos
Cuesta cerrar los libros cuando son hermosos. Y si el título está escrito con glitter me cuesta más.
martes, 9 de agosto de 2011
En resumidas cuentas
Dos palabras, larga espera. No hay respuesta.
Miradas, susurros, alboroto.
Cuatro metros de tela del más impecable blanco. Tres horas de puntadas. Dos minutos de revisión. Uno, el vestido, el más perfecto. En vano. Para nada.
Todo el año no bastará para olvidar.
jueves, 4 de agosto de 2011
D.
Es peor. Creo que esta vez es peor. Con calma, en paz. Igual peor. No quiero cargar culpas de un destino truncado.
¿Podemos juntarnos a dejar flores cada año? ¿Inventar algún ritual? ¿Puedo romper mi promesa?
Mañana el sol brillará más claro. Pero es invierno, nunca calienta. Al invierno le quedan bien estas cosas.
Un susurro al oído, una caricia perdida, escalofríos en la espalda. No quiero ver fantasmas.
Me quedo con mi calma y te la envió cerrando los ojos con fuerza, para que después de un tiempo tú también la sientas. Sonrío con felicidad pensando difuntos. Te envió mis sonrisas para que cuiden tus sueños. Te mando mi fe, mi confianza en obra, mis buenos deseos y un beso de desayuno, un paracaídas, un nido, una botella para que le cuentes secretos al mar, fantasías, alas de mariposas, elefantes guardianes y mis manos congeladas.
Me quedo con dos latidos simultáneos, con locura imparable, con tu risa de niño. Me quedo con todo lo que quiero, con lo que amo.
Y dejo ir. Al fin, soy capaz de soltar el puño y liberar.
Porque en el mundo mi amor es infinito y en mi corazón ya se guardó. Para leérselo a mis nietos, para mirarlo y remirarlo cuando lo necesite.
Guardado está, así lo dejo y así lo quiero.
lunes, 25 de julio de 2011
Ventana Rota
Al final de todo, me di cuenta. Eso es. Simplemente, la ventana está rota.
Así de simple.
Se cuela el aire y se cuela todo.
La ventana está rota.
jueves, 7 de julio de 2011
Porque no
domingo, 3 de julio de 2011
Sus palabras
Ir y venir por el lugar, sentarse a descansar un rato. Gritar, reir, gritatar más, reir más, beber, fumar y volver a reir y gritar. ¿Conversar? No mucho, muy poco. ¿Bailar? Bailar sí.
Y al final de la noche, tomados de las manos, el consejo que nadie me había dado. Qué consejo ese.
Y hasta hoy lo sigo pensando.
miércoles, 29 de junio de 2011
Dos segundos más
jueves, 23 de junio de 2011
Decisión
miércoles, 22 de junio de 2011
sin
sábado, 18 de junio de 2011
miércoles, 15 de junio de 2011
Dije que no
con firmeza
domingo, 15 de mayo de 2011
martes, 22 de marzo de 2011
miércoles, 2 de marzo de 2011
Desafío + Desafío










(luego me pilló san valentín y me inhundó)


















lunes, 28 de febrero de 2011
Cuenta regresiva
El tiempo se me acabo y en horas me tendré que enfrentar nuevamente a mi demonio personal e intransferible. Y esta vez me da más miedo aún, porque el pequeñito ha estado creciendo, engordando, haciéndose fuerte cada día en este año que tuvo para anidarse con tranquilidad en medio de mi pecho.
Ahora ya se me agotó el tiempo y no hay salida por la que salir corriendo. Por eso intento convencerme de que lo que las lindas prsonas a mi alrededor me dicen para subierme el ánimo es cierto. Cierro los ojos y ruego que me vaya bien, ruego que los nervios no me coman.
Así que 3... 2... 1... ya!
viernes, 4 de febrero de 2011
vuelos

[Gabi - Pancho - Jose y Alvaro]
domingo, 23 de enero de 2011
Vecino
jueves, 20 de enero de 2011
domingo, 16 de enero de 2011
lo intento pero no puedo
es mentira
que soy fuerte
no me resulta más
los segundos pesan
seca
me aplasta
la verdad
sin poder aceptarla
y pensar
hace mal
hacer cosas
no sirve
no no estoy
las nubes estan
amargas
grises
sin lluvia
y el sol
lo muestra
mejor
imposible no ver
aunque escondo
y cierro
se sale
...
ya no
tu música está aquí tus ojos en mi pared tus dientes más allá pero yo sigo siendo nadie y tú eres una estrella ¿qué te importa? he estado pensando en ti sin descanso ¿debo amarte todavía? ¿y verte en la cama? pero juego con migo misma
jueves, 13 de enero de 2011
M U E R T A
domingo, 9 de enero de 2011
Sé que yo lo pedí
fui yo quien lo quiso así.
Sí,
fui yo quien a duras penas pidió distancia.
Sí,
fui yo.
Pero, hoy
a duras penas
aguanto la lejanía.
Hoy,
a duras penas
aguanto.
¿Será verdad?
¿Será cierto
que esto es lo mejor?
Porque,
la verdad,
duele tanto como antes.
jueves, 6 de enero de 2011
Pieza compartida y vicios heredados
miércoles, 5 de enero de 2011
Mermeladitas
Lo que gano
- Risas por montón
- Dejar de extrañar (un poco)
- Algunos besos locos y deliciosos
- Miradas que dicen más que las palabras
- Esperanzas e ilusiones tontas (independiente de lo que preseinta que pasará)
- Lagrimas y más lágrimas
- Tristeza, alegría, nostalgia y de todo un poco mezclado
- Y aún más de la misma espera por una respuesta que nunca llega
En resumen: lo que gano es un corazón igual de roto que antes.