jueves, 7 de octubre de 2010

3 horas

5 am. aún no puedo cerrar los ojos, siento el tic tac del reloj escondido en el cajón del velador, siento la gotera de la llave del baño que no he arreglado.
7.20 am. suena el despertador y me levanto sin haber dormido ni un segundo en toda la noche, me apuro, a las 8 am. en punto me espera Javier en la esquina para llevarme a la oficina, siempre con la esperanza de tirarse un polvito antes de llegar.
8 am. en punto, Javier aparece, me subo a su auto y caigo en un profundo sueño hasta llegar a la oficina.