jueves, 24 de mayo de 2012

Amelia




De cada tanto en tanto, Amelia se suelta el pelo, lo aloca un poco y se va caminando al trabajo en vez de en micro.
Amelia no se considera una mujer espontánea, pero disfruta como nada en la vida esos momentos fugaces, en que se le antoja ir a la plaza a gritar, correr y jugar como niña.
"Son esos pequeños gustos que una se da" piensa ella "después de todo ya casi tengo 70".



jueves, 3 de mayo de 2012

Apareiencias

Incluso así, desde la pantalla, tus palabras me llegan como si estuvieramos paseanado por la plaza, echados en el pasto, contando nubes, comiendo helado.

martes, 1 de mayo de 2012

Que lo leas

Todo lo que me gusta

Yo quiero, de verdad y aunque no me creas, dejarte atrás. Pero no olvidarte. Y hacerlo se me hace una tarea imposible todos los días.
Yo era chica cuando nos conocimos, chica en todos los sentidos. Era una pendeja. Tú eras chico también, en todos los sentidos. Eras un pendejo. Eramos chicos, unos pendejos cuando nos conocimos.
Hoy lo pienso y me parece que fue hace tanto tiempo, tiempo largo como el de los cuentos de hadas "érase una vez..." Como si hubiese pasado casi en otra vida.
Yo quiero de verdad dejarte atrás. Y lo intento y lo intento, a veces pienso que lo he logrado hasta que paso por Provi y ahí está tu fantasma, caminando de la mano conmigo, haciendo chistes tontos en las esquinas, en cada cemáforo. Pero yo apreto los dientes y soplo fuerte para que tu fantasma quede atrás, para que se hunda en las veredas y más abajo, mucho más.
Sonrío porque lo logré, hasta que veo el estreno de una obra o una exposición y me acuerdo de tu número o tu mail para decirte que vayamos juntos a verla, porque sólo tú mirabas como yo, discutías conmigo, me enseñabas de arte y me dejabas enseñarte. Pero yo me visto de valiente y otra vez apreto los dientes y me felicito porque otra vez lo logré.
Hasta que escucho música, porque no hay canción que no tenga tu voz. Hasta que saco una foto, porque no hay click sin tu mirada escondida en el lente. Hasta que como pizza, hasta que voy al Ruby, hasta que, hasta que, hasta que.
Hasta que me doy cuenta que cada cosa que me gusta, que todo lo que me gusta me recuerda a tí, a nosostros. Porque nos gustaban las mismas cosas. ¿Por qué nos gustaban las mismas cosas?
A esto, justo a esto era a lo que yo le tenía tanto miedo. A esta dependencia era a la que le tenía miedo. A sentir algo tan grande que incluso después de haber acabado sigue existiendo, a eso le tenía tanto miedo. A no poder, ni aunque quiera, no poder dejarte.
Yo quiero pasear por Provi, yo quiero comer pizza, yo quiero sacar fotos, yo quiero escuchar a los Smashing, yo quiero escuchar a Calamaro, yo quiero ir al teatro, yo quiero ir al museo, yo quiero todo, pero sin recordarte, sin que me duela.
Yo quiero volver a ser yo. Yo quiero dejar de ser "nostros éramos". Yo quiero ser feliz y que tu también lo seas.
Todo lo que me gusta siempre va a ser lo mismo que nos gustaba. Pero quiero que eso ya no sea importante.