Hay
días en que el cielo estrellado no me es suficiente,
las lagunas de azul-verde profundo no me llenan,
el mar turquesa a la temperatura exacta me queda corto,
las nubes más esponjosas y blanquitas (mis favoritas) me son insulsas,
las mariposas batiendo alas y derramando su polvo mágico me parecen triviales,
las canciones del Billy me suenan menos lindas,
los chocolates no me sacian,
los ojos chiquitos de niños sonrientes me dan lo mismo
. . .
Hay días en que simplemente no me basta(s),
porque simplemente lo quiero todo y mucho más que todo.
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