lunes, 30 de noviembre de 2009

Casi, casi, casi.

Sí, en la corniza del remordimiento estaban aún guardadas las ganas locas de los besos y caricias de ese amor tortuoso que se dejó atrás por la fuerza y a duras penas.
De improviso se salían los despechos y saltaban a destrozarlo todo, nunca se pudo aguantar los comentarios hirientes que le tenían todas rotas las cuerdas vocales, rasmillada la garganta y los ojos hechos agua.
Con canciones regrabadas pasab la lista a los momentos del ayer y los espiaba por la rendija de la puerta, negándose a dejarlos partir, no todavía no se cerraban las heridas, que parecían estar recién a tajo abierto.
Y en eso, una mano me agarró por la espalda, y una boca me tapó los labios con firmeza quitandome el último aliento.
Ahora estoy vagando media muerta por lo que parece ser el limbo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Igual me gusto...

a veces ando en el limbo ...

Te amo ...

Anónimo dijo...

Te pasay mina
eres buena