jueves, 23 de junio de 2011

Decisión

Con una mano en la empuñadura y la otra rodeándole el cuello, la mirada fija en la gota de sudor que le recorre la espalda como contando las vertebras, los labios apretados y las rodillas temblando disimuladamente. Es una decisión ya tomada, lo sabe, pero, distinto es hacerlo. Mira fijamente la gota de sudor que sigue bajando y se pierde entre los glúteos, tratando de encontrar en ella las agallas para que la decisión ya tomada se vuelva acto. No hay ningún detalle perdido, todos están meticulosamente cuidados. Aprieta un poco más el cuello, sintiendo como se extingue la respiración. Se acerca y escucha con atención el débil silbido que emite al espirar. Cierra los ojos y disfruta el momento. Su corazón acelerado de gozo cada vez más fuerte le parece explotar en el pecho. Aprieta con fuerza el cuchillo y lentamente lo desliza, casi con delicadeza lo hunde en la piel. La sangre brota. Para un segundo, abre los ojos y mira lo que está haciendo. Sonríe y continua. Corta la piel una y otra vez. Es, realmente, placentero. Tiene las manos ensangrentadas, la cara, la ropa, la boca también. Lo disfruta. Mira como los ojos lentamente se pierden, como una lágrima austera pide ayuda, la seca con ternura y con un beso da la puñalada final, en medio del estomago. Encima del cuerpo aguarda a que el corazón eclipse sus latidos. Ya no respira, ya no mira, ya no duele. Deja el cuerpo. Al fin, es feliz.

No hay comentarios.: