jueves, 4 de agosto de 2011

D.

Esto me suena como a una crónica de una muerte anunciada. Se estiró el chicle hasta que se cortó. Ya sin sabor, seco y tieso, desteñido, se cortó. Esta vez, no quiero intentar volver a pegarlo, para que en un timepito más se cortase de nuevo. El duelo, esta vez, sin escándalos. El muerto se vela en silencio y para adentro. No contraté lloronas, no quiero hacer de esto un show de circo. Los recuerdos los repaso incansablemente, otra vez. Pero ahora, ya no me pesa en el alma, nada pesa ahora. Aunque sí. Tu mirada. Tendré pesadillas todo el mes, viendo tu cara, tus ojos, las lágrimas, los deseos rotos, las ilusiones desvaneciéndose.
Es peor. Creo que esta vez es peor. Con calma, en paz. Igual peor. No quiero cargar culpas de un destino truncado.
¿Podemos juntarnos a dejar flores cada año? ¿Inventar algún ritual? ¿Puedo romper mi promesa?
Mañana el sol brillará más claro. Pero es invierno, nunca calienta. Al invierno le quedan bien estas cosas.
Un susurro al oído, una caricia perdida, escalofríos en la espalda. No quiero ver fantasmas.
Me quedo con mi calma y te la envió cerrando los ojos con fuerza, para que después de un tiempo tú también la sientas. Sonrío con felicidad pensando difuntos. Te envió mis sonrisas para que cuiden tus sueños. Te mando mi fe, mi confianza en obra, mis buenos deseos y un beso de desayuno, un paracaídas, un nido, una botella para que le cuentes secretos al mar, fantasías, alas de mariposas, elefantes guardianes y mis manos congeladas.
Me quedo con dos latidos simultáneos, con locura imparable, con tu risa de niño. Me quedo con todo lo que quiero, con lo que amo.
Y dejo ir. Al fin, soy capaz de soltar el puño y liberar.
Porque en el mundo mi amor es infinito y en mi corazón ya se guardó. Para leérselo a mis nietos, para mirarlo y remirarlo cuando lo necesite.
Guardado está, así lo dejo y así lo quiero.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La mejor desición =)