domingo, 12 de agosto de 2012

María madre mía

Todos los días al despertarse ella me acaricia desde afuera y me dice que me ama.
Todos los días ella sonríe mirandose al espejo y me dice que me ama.
Todos los días ella me canta y me saca a recorrer la ciudad.
Todos los días ella me alimenta.
Todos los días ella me ama.
Un día ella despierta llorando y no me dice nada.
Un día ella se mira al espejo, llora y no me dice nada.
Un día ella me lleva a un nuevo lugar.
Un día ella me presenta a ese hombre de manos cálidas.
Ese día ella me echa llorando.
Ese día las dos terminaos muertas en la camilla del hombre con manos cálidas.
Al día siguiente los que no me amaban lloran por nosotras.
Al día siguiente los que la juzgaban lloran por nosotras.

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