sábado, 13 de febrero de 2010

Para lo que se fue.

Las calles me prestaron el consuelo y me aguantaron las lágrimas de acero que cortaron mis mejillas. En el otro lado suenan las palabras dolorosas, pero ciertas. Y con la mano aferrándote no soy capaz de decirte adios. Unos pasos más allá llegan las dudas, los perdones, las culpas y aún más dolores. En el fondo siento que pronto va a venir aún más. La ventana intentando agarrar mi mirada pérdida, pero no lo logrará, sé que la perdí por un buen rato. Y por las noches siento quejarse el corazón medio seco y arrugado, no en el pecho... de ahí ya me lo has arrancado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

:'(

Me matan sus palabras...